Tanto Apple como Samsung estudian
hacer los móviles resistentes al agua, o al menos eso dice una de las
empresas que podría salir beneficiada de ello, HzO. Digo esto porque la fuente
es dudosa (dicen estar "en conversaciones") aunque la idea no es nada
extraña.
Como comenté el pasado mes de julio hemos llegado a un punto en el que
hacer los teléfonos resistentes al agua no requiere mucho más que un sellado
con spray alrededor del terminal.
Empresas como HzO o Liquipel hacen precisamente eso, aplicar
una fina capa de un polímero especial, oleofóbico e hidrofóbico, que impide que
el agua dañe los componentes del teléfono.
Pueden llegar a estar sumergidos durante largos periodos de
tiempo. ¿Cuánto tiempo exactamente? Ese parte del problema. En principio y para
presiones no muy altas, más de media hora. Pero es poco probable que Samsung o
Apple estén interesadas en publicitar sus productos como
"sumergibles". Incluso con este tipo de protección puede haber
problemas si la gente se vuelve descuidada con el móvil en la playa, en la
nieve o junto a la piscina. Se dispararía el número de visitas al servicio
técnico.
Salvo que se escoja algún tipo de seguro especial los daños
por caída al agua del terminal no están cubiertos por la garantía. Todos los
teléfonos tienen en el interior unos pequeños indicadores que se activan en
contacto con el agua y que permiten a las empresa saber si ha sido sumergido.
En un móvil "sumergible" estas pegatinas no tienen sentido. Sería
imposible saber si el usuario ha hecho un uso correcto del teléfono y el
problema es un defecto de fábrica o si tiene la culpa de su mal funcionamiento.
Lo más probable es que este tipo de avances acaben
integrados poco a poco y sin grandes alardes. La idea es que el móvil sobreviva
a una caída accidental a la piscina o a ese vaso de agua o cerveza que se
derrama sobre la mesa pero no que acabe convertido en una improvisada cámara
subacuática durante las vacaciones.
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